El bueno de Francis se encuentra, desde ayer, ingresado en el Hospital Materno Infantil aquejado de un principio de apendicitis. Los pronósticos iniciales no eran nada halagueños pero la evolución posterior hace albergar posibilidades de evitar el quirófano.
El zurdito lloraba desconsoladamente no de dolor físico sino moral ante la posibilidad de no poder disputar el final de temporada. Vaya por delante nuestro ánimo y nuestro deseo de pronta recuperación. Estoy completamente seguro que todo quedará en un susto y que finalmente será de la expedición del fin de semana.
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