Con media hora de retraso, por mor de la avería del autobús del Villacarrillo, y un calor sofocante empezábamos nuestro último partido de fútbol siete de la temporada. Cansados y hastiados de tanta competición el Real Jaén ha demostrado una gran superioridad a lo largo de la temporada haciéndose con todos los títulos provinciales que ha disputado. Dos ligas y la Copa Diputación, junto con el campeonato de Andalucía, el campeonato de la Fase Previa del Nacional y el Subcampeonato de España, nos coronan como el Real Jaén de las seis copas.
A los consabidos condicionantes que ya tenía el partido del sábado, calor y el cansancio acumulado en una larguísima temporada, se le unían tres condicionantes, a saber: la boda del mister, gran parte de nuestra afición estaba en cuerpo en la boda y la otra, la presente en el campo, en alma estaban deseando llegar al bodorrio; la ausencia de dos jugadores, Alberto y Moisés, uno en Cádiz con el Almería otro lesionado y tercero un buen equipo que, por meritos propios, se había plantado en la finalísima.
A pesar de ello si reproducimos la crónica del día de ayer del Diario Jaén los nuestros fueron superiores. Se repusieron a un gol fantasma (el balón no entró) inicial merced al empate de Jairo (al parecer en fuera de juego) y, ya en la segunda mitad, demostraron su condición de campeones provinciales superando al Villacarrillo. Alvaro y Javier Armenteros nos ponían en franquicia, el visitante no se amilanaba y en claro fuera de juego, incluso señalado, hacía el segundo. Sin embargo los nuestros no estaban dispuestos a dejar escapar el título para dedicárselo al mister el día de su boda y por mediación de Alvaro y Manu sellaron el definitivo cinco a dos.
Tras la finalización,la entrega de trofeos y la diáspora. Ellas, en coche a Martos a casa del duque, a embellecerse aún más. Ellos a acicalarse en las propias instalaciones de Alcaudete. Como un pincel salían Toribio y Antonio del vestuario, chaqueta y corbata incluida. Los campeones volando en coche para llegar con la copa a la boda. A su llegada el recibimiento apoteósico, con un internacional absoluto como Manu Del Moral cantando y vitoreando las típicas loas y alabanzas a favor de nuestro Real Jaén. Envidia sana siento cuando me contaban el emocionante rato de la boda de Tete, pero gracias al salero de Isabel consta inmortalizado para la posteridad.
Enhorabuena campeones y finalmente aquello del profeta se cumplió Y SI HEMOS SIDO LOS MEJORES BUENO Y QUE. Que mala es la envidia. Tiñosos, envidiosos, celosos, resentidos…inseguros, sí, eso, así son, somos muchas veces, nos molesta el éxito de los demás, las alegrías ajenas, la fama, los aplausos que otros (otras) reciben, el cariño que puedan llegar a generar en los demás. Todo ello hemos generado, pero para aquellos que hemos vivido esta temporada que nos quiten lo bailao.
PD El Real Jaén no morirá, a pesar de los deseos de algún que otro, estoy completamente seguro que seguiremos defendiendo estos colores la próxima temporada con todos nuestros integrantes y con Tete al mando del timón.
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