martes, 7 de junio de 2011

REAL JAEN C.F 3 - MALAGA C.F 4: NO PUDO SER

Tras el largo viaje a tierras melillenses y con la alegría y el título de la fase previa bajo el brazo nos enfrentábamos en el partido de vuelta de los cuartos de final del campeonato de Andalucía de Fútbol 7 al Málaga C.F.

Buen ambiente el que se vivía en el Sebastián Barajas para asistir a un auténtico partidazo donde se enfrentaban dos grandes equipos. Tete saltaba con el siguiente equipo titular Alberto en el eje de la defensa, Moisés y Manu en las alas, con Antoñín al timón y las puntas de ataque para Alvaro y Antonio Manuel.

Salíamos como motos,  a pesar de que el Málaga gozaba de la primera oportunidad abortada magnificamente por Carlos,  en siete minutos nos colocábamos con dos goles de ventaja. Manu se sacaba un zapatazo, tras la salida de un saque de esquina en jugada ensayada, ante el que nada pudo hacer el portero visitante. Con solución de continuidad Moisés en disparo parabólico batía por segunda vez al cancerbero visitante. 

Tras cobrar esa inesperada ventaja, el orden defensivo era la nota característica de nuestro equipo durante toda la primera parte, no obstante ello no impedía que se tocara la pelota con solvencia. El Málaga nos ha respetado durante toda la eliminatoria, sus grandes jugadores, con Brahim a la cabeza, han estado presentes en el campo durante los dos partidos. Precisamente uno de ellos Yousef acortaba distancia merced a su poderoso juego aereo. 

Con dos a uno en el marcador y con la eliminatoria en franquicia nos marchábamos al descanso. El temor, al margen de la calidad malagueña, venía por el desgaste acumulado en los tres íntensos partidos jugados en Melilla. El esfuerzo iba a pasar factura en esa segunda parte dejándonos sin capacidad moral y física de maniobra. 

El fútbol es caprichoso, pero en ello también está su grandeza. De un hipotético tres a uno al no anotar Javier Armenteros se paso al real empate a dos a los siguiente jugada.  Corría el siete de la reanudación cuando una genialidad de Brahim daba el citado empate. El gol supuso ese mazazo moral que apuntaba apuntillado con el tercero del equipo costasoleño nuevamente a balón parado y con la testa de Yousef. 

En dos minutos nuestras esperanzas habían capitidisminuido, un gran equipo y un notorio cansancio acumulado harían imposible la remotanda. El partido languidecía con un gol para cada equipo. El nuestro anotado por Francis de falta directa.  Tras la finalización del partido los niños de uno y otro equipo daban, nuevamente, una lección de deportividad a sus mayores, los nuestros aplaudiendo a la afición malacitana que devolvía los aplausos y el rival haciendo el pasillo a los nuestros.

Lo peor, al margen de la eliminación, las lesiones de Alvaro, Carlos y Jairo, pero sobre todo los tristes incidentes producidos. No se trata de buscar culpables, pero sin duda nos deben hacer reflexionar si eso es lo que queremos inculcar a nuestros hijos. El deporte debe fomentar el desarrollo físico e intelectual de los niños, facilitar su socialización así como la creación de hábitos saludables de vida y de asunción de valores tan fundamentales como la cooperación para el bien común, el sacrificio, el respeto, etc.. . Pero si esa es la finalidad del deporte y lo que tratamos que nuestros fijos asuman ¡¡como es posible que seamos los mayores los que transformemos esos valores en otros mucho menos saludables¡¡.

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