El pasado viernes a las dieciséis horas y treinta minutos empezábamos la cuenta atrás. Nos restaban cinco partidos para finalizar la liga, ya estábamos avisados de empezar el tramo más difícil de la liga. Si bien los presagios eran halagueños al haber dado una buena sensación e imagen en los últimos enfrentamientos tanto de Fútbol 7 como de Fútbol Sala. Sin ir más lejos el partido del pasado lunes contra los Infantiles es buena prueba de ello.
Sin embargo el partido contra el Ubeda Viva no fue un paseo millitar sino todo lo contrario. De salida comparecían Carlos en portería, con una línea de tres formada por Alberto en el centro y Manu y Francis en las alas, Antoñín al timón con Antonio Manuel y Alvaro en vanguardia. El partido pudo cambiar en la primera jugada del partido. Alvaro en jugada individual se plantó sólo ante el portero, al que no superaba en el mano a mano. Los cinco primeros minutos fueron lo mejor del partido, se manejaba con destreza y rapidez el balón, si bien no se llegaba con excesivo peligro a las inmediaciones del área rival.
Conforme iba pasando el tiempo ibamos perdiendo esa rapidez y cayendo en un juego insulso y apático. Por contra el Ubeda, a pesar de no crear peligro, se empezaba a sentir cómodo en la tela de araña defensiva trazada. Moisés pudo, también, cambiar el signo del partido, al no acertar a rematar con la testa un buen servicio en banda. Alvaro pudo hacer lo propio. Siendo también protagonista de un gol anulado. Antonio Manuel lo intentaba desde lejos sin éxito y el primer tiempo languideció con el marcador inicial.
En la segunda parte, algunos esperábamos la salida en tromba de los nuestros. Tal y como había sucedido en el partido contra los compañeros de la Fundación. Pero el Ubeda, si bien no uega tan alegre como los de primer año, tiene un gran oficio y sus jugadores dieron el cien por cien de su capacidad. No dejaban un hueco libre, rotaban y ejercitaban un continuo dos contra uno en la presión, mostrándose concentrados y seguros en defensa. Un buen equipo.. A pesar de ello conseguíamos realizar varias internadas en banda. Conseguíamos botar innumerables saques de esquina. Disparábamos desde la frontal. Todo ello infructuoso.
Sin embargo el fútbol es caprichoso. La jugada más imprevisible supuso el primer y único gol del partido. El autor el único que puede hacer ese tipo de jugada. Alvaro presionaba al portero. Parecía imposible que llegara a la misma, pero llegó, el portero despejó y el balón golpeó en "la bala". Para fortuna de los nuestros y desdicha del cancerbero ubetense el esférico cogió el marchamo y dirección de la portería y Alvaro ganaba la carrera hacia la meta. Gol que a la postre supuso tres puntos y quién sabe si una liga.
Pudimos sentenciar. Pero no era nuestro día. Javier Armenteros y Javier López tuvieron en su botas dos ocasiones pintiparadas. Pero para sufimiento de la fiel hinchada marraron las mismas. A ese sufirimiento contribuyó nuestra candidez en estos momentos, nos apresurábamos a sacar de banda, de meta etc... , sin jugar con el marcador. El Ubeda no había merodeado nuestra área, pero una iba a tener. La tuvo a falta de diez minutos para el final. Por fortuna no entró.
El partido finalizó con la pírrica victoria anunciada. Pero al final la victoria es lo que cuenta y los tres puntos nos acercan un veinte por ciento más a la liga. El próximo veinte por ciento en La Carolina, teniendo en cuenta que todavía tenemos una bala en la recámara.
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