El pasado viernes, en el partido que disputábamos contra el Atco. De Jaén, perdíamos el partido, nuestra imbatibilidad y el liderato a manos del Tosiria.
Todo fueron adversidades. El campo al que no estamos habituados, tarde desapacible, juego espeso y un rival bien plantado con el objetivo de frenar nuestras acometidas y buscar la contra. Eso fue lo único que salió bien, toda vez que ninguna contra se concedió al rival.
Sin embargo el partido no estaba para los nuestros. Lo vimos desde el principio. De salida Tete – también convaleciente – disponía un equipo formado por Antonio en portería, Alberto y Pepelu en posiciones defensivas, Antoñín al mando, con Alvaro y Francis en banda y Antonio Manuel en punta de ataque.
A pesar de estar espesos, acumulábamos varias ocasiones, Moisés disparaba alto rozando el palo. Pepelu en incorporación hacía lo propio. Bolívar en jugada ensayada no atinaba con la portería contraria. El propio Antonio Manuel lanzaba al palo en buen pase interior de Manuel, hasta que a la tercera fue la vencida y hacía el cero a uno.
Se había inaugurado el marcador, quedaba romper el partido con un segundo gol. No se hizo, se defendió mal un corner en contra y dejábamos rematar al jugador rival a dos metros escasos de nuestra portería. El empate fue un jarro de agua fría del que no supimos despertarnos. No hubo reacción hasta el final de la primera parte. Tampoco hubo actitud, se daba por sentado que la victoria llegaría. No fue así en el fútbol no siempre gana el mejor, al margen de calidad hay que poner sacrificio y entrega, simplemente no era nuestro día.
Pensábamos que la segunda parte iba a ser, como en los últimos tres partidos, diferente. Creíamos que el enfado de Tete los iba a despertar del letargo, no fue así. Cadenciosa la segunda parte iba transcurriendo. El Atco. Jaén no variaba nada su discurso. Pertrechados atrás, con orden y disciplina, esperaban su oportunidad. Los nuestros dominaban pero no estaban finos en la definición y, cuando lo conseguían, se topaban con el portero local.
La oportunidad les llegó en la jugada más insospechada. Una falta lejana supuso el segundo de los blanquimorados y el júbilo en la afición local. Se tocó arrebato. Se pudo y se debió empatar en lo poco que nos dejaron jugar. Dos tiros a los palos y dos grandes intervenciones del portero abortaron tal posibilidad y consumaron nuestra derrota. La primera derrota que recibimos jugando como equipo de segundo año en las tres categorías que hemos disputado (prebenjamín, benjamín y alevín). Tenía que llegar y lo hizo en el momento menos apropiado.
Teníamos una bala y la hemos malgastado. Esperamos la reacción y para ello tenemos el escenario más propicio. Un buen equipo, un gran partido, con el premio del liderato en juego. Alguien da más. La solución el viernes.
Todo fueron adversidades. El campo al que no estamos habituados, tarde desapacible, juego espeso y un rival bien plantado con el objetivo de frenar nuestras acometidas y buscar la contra. Eso fue lo único que salió bien, toda vez que ninguna contra se concedió al rival.
Sin embargo el partido no estaba para los nuestros. Lo vimos desde el principio. De salida Tete – también convaleciente – disponía un equipo formado por Antonio en portería, Alberto y Pepelu en posiciones defensivas, Antoñín al mando, con Alvaro y Francis en banda y Antonio Manuel en punta de ataque.
A pesar de estar espesos, acumulábamos varias ocasiones, Moisés disparaba alto rozando el palo. Pepelu en incorporación hacía lo propio. Bolívar en jugada ensayada no atinaba con la portería contraria. El propio Antonio Manuel lanzaba al palo en buen pase interior de Manuel, hasta que a la tercera fue la vencida y hacía el cero a uno.
Se había inaugurado el marcador, quedaba romper el partido con un segundo gol. No se hizo, se defendió mal un corner en contra y dejábamos rematar al jugador rival a dos metros escasos de nuestra portería. El empate fue un jarro de agua fría del que no supimos despertarnos. No hubo reacción hasta el final de la primera parte. Tampoco hubo actitud, se daba por sentado que la victoria llegaría. No fue así en el fútbol no siempre gana el mejor, al margen de calidad hay que poner sacrificio y entrega, simplemente no era nuestro día.
Pensábamos que la segunda parte iba a ser, como en los últimos tres partidos, diferente. Creíamos que el enfado de Tete los iba a despertar del letargo, no fue así. Cadenciosa la segunda parte iba transcurriendo. El Atco. Jaén no variaba nada su discurso. Pertrechados atrás, con orden y disciplina, esperaban su oportunidad. Los nuestros dominaban pero no estaban finos en la definición y, cuando lo conseguían, se topaban con el portero local.
La oportunidad les llegó en la jugada más insospechada. Una falta lejana supuso el segundo de los blanquimorados y el júbilo en la afición local. Se tocó arrebato. Se pudo y se debió empatar en lo poco que nos dejaron jugar. Dos tiros a los palos y dos grandes intervenciones del portero abortaron tal posibilidad y consumaron nuestra derrota. La primera derrota que recibimos jugando como equipo de segundo año en las tres categorías que hemos disputado (prebenjamín, benjamín y alevín). Tenía que llegar y lo hizo en el momento menos apropiado.
Teníamos una bala y la hemos malgastado. Esperamos la reacción y para ello tenemos el escenario más propicio. Un buen equipo, un gran partido, con el premio del liderato en juego. Alguien da más. La solución el viernes.
P.D para quién corresponda: Comentarios como mandar a unos niños de once años que vayan a pedir limosna junto con los grandes sobran. Todos sabemos quién los hizo y denota su bajeza moral. Seguro que estuvo en el estadio contra el Villarreal o Barcelona B y seguramente se autoproclamara seguidor del Real Jaén. Con “aficionados/as” como ese no necesitamos enemigos.
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